[:es]Hoy nuestra juventud en la Clínica hizo suyo el acto por el 147 Aniversario del Fusilamiento de los 8 Estudiantes de Medicina. Así, la joven especialista comercial Lyn Rodríguez Hernández, ofreció este sentido homenaje, digno de “los pinos nuevos”.
“Sus edades oscilaban entre los 16 y los 21 años; inocentes, que no imaginaron siquiera serían fusilados. El colonialismo ibérico se ensañó con las vidas de estos jóvenes.
El tiempo transcurre, pero no se olvida y a 147 años de aquel crimen horrendo, los cubanos de estos tiempos recuerdan a Alonso Francisco Álvarez, Anacleto Pablo Bermúdez, José Ramón Emilio de Marcos, Juan Pascual Rodríguez, Ángel José Eduardo Laborde, Eladio Francisco González, Carlos Augusto de la Torre y Carlos de Jesús Verdugo.
De lo vivido este triste día, Martí escribió entre sollozos:
“No graba cincel alguno como la muerte los dolores en el alma: -no olvida nunca el espíritu oprimido el día tremendo en que el cielo robó ocho hijos a la tierra, y un pueblo lloró sobre la tumba de ocho mártires. Nadie se ha despedido con más grandezas que ellos de la vida.”
Más tarde durante, un discurso en Tampa, recordó este hecho y nominó a estos jóvenes en la eternidad, de tal forma que las generaciones siguientes y las que están por venir llevarán el mismo apelativo por siempre; y dijo así:
“Era el paisaje húmedo y negruzco: corría turbulento el arroyo cenagoso; las cañas, pocas y mustias, no mecían su verdor quejosamente, como aquellas queridas por donde piden redención los que las fecundaron con su muerte, sino se entraban, ásperas e hirsutas, como puñales extranjeros, por el corazón: y en lo alto de las nubes desgarradas, un pino, desafiando la tempestad, erguía entero, su copa.
Rompió de pronto el sol sobre un claro del bosque, y allí, al centelleo de la luz súbita, vi por sobre la yerba amarillenta erguirse, en torno al tronco negro de los pinos caídos, los racimos gozosos de los pinos nuevos: ¡Eso somos nosotros: pinos nuevos!”.
¡Y pinos nuevos siempre seremos!
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