“La práctica de la salud pública cubana (1980-1995)”, libro del que el reconocido Dr. Julio Teja Pérez es autor principal, ha sido presentado en nuestra Clínica Central Cira García por el propio doctor, lo que le da un realce especial a esta publicación que desde ya debería incluirse como parte esencial de la bibliografía en las carreras de la salud.
“Me motivó a desarrollar esta investigación la poca información integral que existe sobre la salud pública cubana de esta etapa, momento muy importante donde se definieron principios esenciales que distinguen nuestro sistema de otros sistemas sanitarios del mundo. El Sistema Nacional de Salud Cubano se gestó sobre la base de un ininterrumpido impulso estatal y con la dirección personal del Comandante Fidel, quien nos acompañó con sus ideas y con su visión de futuro, llevando el desarrollo de los diferentes aspectos del sistema hasta los éxitos que se exhiben al día de hoy”; explicó el Dr. Teja al auditorio presente.
La obra se enmarca en dos etapas del sistema de salud: una de 1980 a 1990 que se corresponde con el desarrollo de la potencia médica cubana; y la otra, de 1990 a 1995, período especial en Cuba donde la grave crisis económica que afrontó el país incidió en todos los sectores de la vida nacional, y la salud no fue una excepción, todo lo contrario. A propósito de esta última etapa, y en consonancia con la difícil situación que actualmente se vuelve a atravesar, tras una pandemia devastadora a la que se le suma, en el caso de Cuba, el peso de un injusto bloqueo económico, financiero y comercial arreciado por los Estados Unidos, compartimos fragmentos del libro de cuatro directivos del Ministerio de Salud Pública que nuestra Clínica tuvo el privilegio de tenerlos posteriormente como cuadros de dirección.
“Cuando uno recuerda estos años, recuerda el trabajo que pasamos, a veces la inquietud de un médico de estar en un cuerpo de guardia, un pediatra, con solo un ámpula de duralgina en el bolsillo… la caída tan grande que hubo del poder adquisitivo en el MINSAP, que además tenía en aquellos momento también que financiar la industria farmacéutica. Pero al final vencimos, el sistema logró sobrevivir, de la misma manera que sobrevivió la Revolución bajo el liderazgo de Fidel”. Dr. Joaquín R. García Salabarría, Viceministro de Salud.
“Por supuesto, el período especial se prolongó más de lo que debió ser en aquella etapa, pero lo cierto es que nos graduó… los que nos habíamos graduado de revolucionarios y teníamos determinadas responsabilidades, nos graduó de revolucionarios de verdad aquello. Porque había que improvisar, había que ser mago, había que tener una fe absoluta en la Revolución para poder responder cada día a esa demanda que uno no sabía de dónde iba a sacar. En lo personal le agradezco, en primer lugar, al Comandante en Jefe, en segundo lugar a este período especial porque yo me gradué de revolucionario en ese momento”. Dr. Pedro Rodríguez Fonseca, Director de Servicios Básicos y Complementarios.
“En el período especial, de forma abrupta el país dejó de recibir los aseguramientos necesarios… había un plan de inversiones muy ambicioso… estábamos desarrollando la extensión del médico de la familia… se diseñaron proyectos de los policlínicos tipo II, tipo III, policlínicos docentes… se mantuvo el programa de mejoramiento de nuestras universidades médicas y de la industria médico-farmacéutica, había que dirigir muy bien los recursos sobre aquellas instituciones que se podían y se debían oncluir”. Arq. Carlos Angurel Arias, Director de Inversiones.
“… si bien es cierto que existía una estrecha relación con los organismos internacionales, esta época nos obligó a que estas relaciones se estrecharan aún más. Estoy hablando de las relaciones, fundamentalmente, con la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Había muchos programas de la OPS, pero logramos que en período especial estos programas se multiplicaran literalmente y no solo que se multiplicaran cuantitavamente, sino que se multiplicaran en recursos de aquellas cosas que más se necesitaban para que no se paralizaran los programas nacionales que existían”. Dr. Ramón Prado Peraza, Director de Relaciones Internacionales.
Gratitud infinita para con esa generación que, con muchos de sus integrantes aún hoy en activo, le está dejando a su relevo vivencias que se constituyen en una invaluable fuente de información para el conocimiento y de formación para la futura salud pública cubana.